viernes, 16 de abril de 2010

MINIBIOGRAFÍA DE ÓSCAR MARTÍNEZ CASTRO


Óscar nace el treinta de agosto de mil novecientos veinticuatro en Ferrol – La Coruña, siendo el tercero de sus hermanos. Por motivos del trabajo paterno, vive casi toda su niñez y parte de su juventud en Vizcaya. A causa de la postguerra recorre media España andando. Diez mil kilómetros, trabajando en las más diversas tareas. Más tarde decide probar fortuna al otro lado del charco: su propósito era el de ganar dinero para enviárselo a su padre y hermanas como suele decirse “sacar una boca de casa” en tiempos difíciles y poder comprar libros, pinceles y herramientas, sobre todo libros (su gran pasión). Su itinerario se resume más o menos como sigue.

CUBA

En mil novecientos cuarenta y siete (viernes). Se encontraba en La Habana (Cuba) su primer viaje hacia otro continente. Atravesó la Bahía en lancha y se quedó a vivir en la población de Regla. A los tres días regresaba su barco a España. Permaneció en La Habana unos nueve meses, trabajando de ayudante de cocina y de barman. Vivió en una carpintería del pueblo Posteriormente tomó un cuatrimotor llamado “CONSTELACIÓN” que lo llevó a Venezuela.

VENEZUELA:

Llegó al aeropuerto de Maiquetía el día veinticuatro de noviembre del mismo año (lunes) trabajó de ferrallista, cocinero, vendedor y pintor autónomo, barman, mayordomo, lavacoches y pintor autónomo. Allí residió casi dos años. El clima le encantaba. Los días libres los dedicaba a ir a las librerías, para estudiar en los ratos de ocio, en lugar de salir a divertirse como cualquier chico de su edad. A pesar de estar contento, buscaba incesantemente otro trabajo mejor para prosperar y lograr así sus principales aspiraciones.
Pintó infinidad de rótulos para bares y restaurantes, y en uno de esos sitios, un amigo suyo le comentó que buscaban gente para rodar una película en las afueras de la ciudad (no recuerda con precisión el nombre; ese amigo le quería convencer a toda costa de que con su porte, su simpatía y cultura podía emprender nuevamente un nuevo camino, dar un giro de ciento ochenta grados a su vida y convertirse en alguien importante y con dinero. Óscar decía que era muy difícil, había empezado un trabajo y no podía faltar a la palabra y dejarlo a medio camino. Pero fue tanta la insistencia que accedió y se acercó en autobús a los estudios “BOLIVAR FILMS”. El director era andaluz. Poco necesitó para que lo admitieran como extra en principio. El director le dijo que allí tendría un trabajo seguro durante un tiempo, más adelante ya se vería. Óscar rodó dos o tres secuencias, pero le faltó paciencia para esperar lo que se decidiría posteriormente. El bullicio reinante propio de los estudios, el desconocimiento del ambiente, propio de la novedad y la duda ante algo que consideró incierto lo llevó a irse de los estudios cinematográficos. Meses más tarde se enteró de que habían llevado la película a la pantalla y que habían tenido mucho éxito y que después del estreno fue llevada al extranjero. Óscar tuvo pena de no haberse visto en la pequeña pantalla. Los demás le dieron que cómo se había podiso marchar y perder aquella oportunidad. Su espíritu viajero en busca siempre de un futuro mejor, hizo que tomara la decisión de emigrar a Argentina, donde había editoriales, tenia la esperanza de encontrar una que llegara a publicar alguna de las obras que tenía en proyecto escribir. Tomó un bimotor que lo condujo a Brasil.
TRINIDAD Y TOBAGO
Llegó a Puerto España, capital de las islas. Salió al día siguiente en avión rumbo a Belém de Pará (Brasil)

BRASIL
Recorrió varias ciudades de Brasil, entre ellas: Río de Janeiro. Pasados unos días cogió un autobús hacia Montevideo.

URUGUAY
En Montevideo, buscó trabajó infructuosamente, en vista de lo cual, arregló los papeles y se fue en coche de línea a Colonia y de allí en barco a Buenos Aires, ciudad llamada “La París de Sudamérica”.

ARGENTINA
Llegó a Buenos Aires el doce de junio demil novecientos cuarenta y nueve.
Infinidad de anécdotas podría contar de su paso por cualquier ciudad. En Argentina echaba de menos a Uruguay donde le llamaban (Miguel Ángel) por el arte que desplegaba en sus trabajos (rótulos, dibujos, decoraciones…) Ocho meses más tarde partió de nuevo para Montevideo.
BOLIVIA:

Llegó a la frontera en agosto del cincuenta y uno. Fue en tren hasta HUAQUI a orillas del famoso lago Titicaca. Atravesó el lago en un buque de carga y pasaje en una noche, a la madrugada llegaron a PUNO (Perú).

PERÚ

Estuvo en Cuzco y por fin llegó a Lima donde trabajó de mayordomo en una casa de gente adinerada. Como su objetivo no era quedarse allí a los dos meses, se fue a TUMBES.

ECUADOR
Estuvo en ZANZUMILLA de paso, la frontera entre Perú y Ecuador. Estuvo en QUITO la capital. Una familia de comerciantes lo invitó a su casa y con ellos visitó el santuario de las LAJAS en IPIALES. (COLOMBIA) Realizó infinidad de trabajos como dibujante, para reunir dinero y pagarse los desplazamientos a los dos meses y medio.

COLOMBIA

Llegó a BOGOTÁ. En el consulado de Caracas no le quisieron arreglar los papeles para regresar a la ciudad venezolana por haber sobrepasado el tiempo de permiso.

ECUADOR
Atravesó el país de nuevo de Norte a Sur. Estuvo dos días en GUAYAMIL.

PERÚ
Allí trabajó unos meses y cuando reunió suficiente dinero se marchó rumbo a BOLIVIA allí arregló los papeles para ir a BUENOS AIRES.

ARGENTINA
Inmediatamente entró a trabajar en una casa de familia, en la cocina.
De Buenos Aires se fue a una estancia cerca de Pergamino y de allí a MAR DEL PLATA. Después de casi año y medio.

BRASIL
Corría septiembre del cincuenta y tres. De Río de Janeiro, fue en tren a Sao Paulo. Luego en tren hasta Livramento, donde pasó andando la frontera sin visado en el pasaporte hasta Rivera (Uruguay).

URUGUAY

En septiembre (día veintisiete) se puso a pintar: “BAR ONDA”. Trabajó con ahínco, entusiasmo y aprovechamiento durante año y medio. Realizó un sin número de encargos y por fin optó por regresar a España.

ESPAÑA:
Lo hizo en “HIGHLAND CHIEGTAIN”, el día trece de mayo (viernes) de mil novecientos cincuenta y cinco. En condición de pasajero repatriado en un camarote de tercera clase; curiosamente ese barco, cinco años después explosionó la sala de máquinas siendo devorado por las aguas.
Óscar Martínez Castro, por aquello de la nostalgia, no contento con regresar a su país, también necesitó hacerlo más en profundidad a su tierra natal: GALICIA.
El año mil novecientos cincuenta y nueve. Allí encontró la estabilidad definitiva, aunque también emigró a ALEMANIA y a SUIZA, posteriormente a su matrimonio con una gallega, en 1960 con quien tuvo una hija. Ha escrito casi una treintena de obras, poéticas y didácticas entre las que destacan: “ISLAS Y PENÍNSULAS, Láminas de Geografía Universal”, “ANTROGRAFÍA Y ANTROPOGEOGRAFÍA” y “LOS 33 SONETOS”, los tres libros que han sido publicados. Siendo los dos primeros aprobados por la Real Academia de las Letras Gallegas, uno de ellos subvencionado por la Xunta de Galicia y bien recibidos por la crítica que en ese momento se hizo de ellos.
Óscar Martínez Castro, continúa a su edad, escribiendo y dibujando con un entusiasmo y una constancia sin límites. Su mayor deseo es transmitir a quien conozca su obra, sus conocimientos y amor al estudio y a la cultura, adquiridas a lo largo de una vida llena de anécdotas, experiencias, viajes y descubrimientos encabezados por un afán de “quemarse las cejas” para saber cada día más y aportar al mundo lo mejor de sí mismo.

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